SE HA muerto mi gato Kobe a causa de sus problemas renales. Tristeza incalificable. Lo peor es que me está entrando mala conciencia por el trato que le di en los once años que estuve con él, pues era un gato pesadísimo, que siempre quería caricias y mimos, y yo no le di ni el 10% de los que necesitaba. Tampoco le dejé dormir conmigo hasta el último mes, cuando ya estaba tan mal que apenas podía caminar. En fin. Llevo todo el día llorando. Increíble que solo haya llorado en mi vida tres veces por mi padre, ninguna por Iratxe, y ahora resulta que no se me puede morir un gato porque me paso todo el día llorando.