PIENSO A veces que debería dejar de tratar a mis gatos con voz de niño, porque dirigirse a ellos con esa voz atufa a paternalismo. Pero pienso luego que siempre que les hablo con voz de niño es porque les quiero y me lo paso bien con ellos, porque me hacen feliz, y en cambio cuando les hablo con voz de adulto es porque me han hecho alguna putada, me han tirado cosas, han devuelto encima de un libro o están montando el gran escandalazo, pegándose y arañándose entre ellos.

La solución en todo caso sería hablarles siempre con voz de niño, hagan lo que hagan, porque es la voz universal del amor y la felicidad, y reservar la voz de adulto para hablar con los animales no felinos, a ninguno de los cuales quiero, los humanos...