MI GATO Broma es el Messi de los gatos. Me pongo a jugar con él con la cuerda naranja y de pronto se la lleva hasta mi escritorio, donde la suelta y me mira con cara de quiero-jugar-aquí. ¡Quiere que juguemos donde está la estufa, aunque sea un sitio pequeño! Ya digo que este gato rompió todos los moldes, qué pena que no lo conociera mi padre.
Cultivo una superstición: solo nacen seres por encima del promedio a costa de seres que están por debajo de él. Debieron de nacer más de cien gatos muy bobos e infragatos para compensar la existencia de un mayuscugato como Broma.