LO MAL que lo pasaron mis tres gatos con los petardos que sonaron anoche en la calle a cuenta de la Nochevieja. Es conocido que los perros lo pasan muy mal; pero ojo que a los gatos tampoco les gustan nada las detonaciones. Aunque habría que ir de uno en uno: a Broma, por ejemplo, le incomodaron muy poco, a Kobe bastante y a Lorca la tenían tan desquiciada, que cambiaba de continuo de lugar en Maracaná, pues ninguno le parecía adecuado para esconderse.